Análisis sobre una vida (y profesión)
U:¿Por qué decidiste dedicarte a la crítica cinematográfica?
A.S.: No sé si fue antes la gallina o el huevo. No sé si fue por entrar gratis al cine, lo que yo sí recuerdo es que, cuando estaba en el instituto, ya me busqué la vida para lograr entrar gratis o para obtener acceso libre a los cines de mi pueblo (en Villena), que en esos momentos eran cuatro. Y no era ninguna tontería, porque eran cuatro salas de programación doble, con ocho películas cada semana. Pero es que, encima, cambiaban entre semana. O sea, los fines de semana había ocho de estreno, y luego los miércoles y jueves había una programación complementaria, porque entonces la gente iba mucho al cine. Y no sé muy bien si el origen fue ése, o viceversa. O me gustaba tanto el cine que no quería tener que pagar tantas veces…
Entonces, te estoy hablando del principio… desde que yo tenía alrededor de 15 años.
U: ¿Qué es lo más duro de esta profesión?
A.S.: Bueno, lo más duro es ver películas malas, y hay muchas malas… Este hábito de “peinar” la cartelera, que significa ver 3 películas los viernes, otras 3 los sábados, otras 3 los domingos, viene de muy atrás, cuando hacía COU ya llevaba a cabo esta locura. Bueno, pues cuando “peinan” la cartelera y hay películas de estas que son totalmente prescindibles. Suele ocurrir mucho con las norteamericanas, con los subproductos, que se lanzan de aquella manera. Puede que sea lo peor, pagar un peaje de tu tiempo y decir:”Pero, ¿qué estoy haciendo?, ¿a qué estoy dedicando yo este día? "
U: ¿Crees que la crisis también está afectando al cine español, o esta crisis existe desde hace tiempo?
A.S.: Viene de antes, viene de antes… Precisamente, hemos vivido un año 2009 modélico. Yo creo que para el cine español ha sido el mejor, y cuando salgan las estadísticas este año, van a ser modélicas. Hemos tenido de todo: hemos tenido un Almodóvar primaveral, un Amenábar otoñal, y vamos a concluir el año con Spanish Movie, una parodia que va a arrasar en taquilla, una parodia, precisamente, de películas españolas. Además, entre medias, hemos tenido un [REC]2, que ha funcionado estupendamente, una película muy barata con mucho rendimiento. También hemos tenido una agradable sorpresa con Celda 211, que va arrasar en los Goya que viene, va a ser la peli de los Goya. En general, ha habido variedad y ha habido calidad, ha habido de todo, o sea que la crisis no tiene nada que ver con los resultados.
U: ¿Cómo crees que el público valora nuestro cine?
A.S.: Pues el público lo valora fatal, estoy muy enfadado con el público, muy enfadado, muy enfadado… Algunos de los ejemplos más recientes: After de Alberto Rodríguez (la anterior de Alberto fue 7 Vírgenes) la hemos visto alrededor de 25.000 espectadores (¡25.000!); Castillos de cartón, de Salvador García, la hemos visto 10.000 (¡10.000!); y Yo también, de Antonio Naharro y Álvaro Pastor, la hemos visto, al igual que After, en torno a 25.000. Todas ellas, suponen cifras testimoniales.
U: ¿Piensas que la taquilla refleja dicho comportamiento?
A.S.: Claro, claro… Pero, por eso, antes te he dicho que el 2009 ha sido un año atípicamente bueno, porque, por un momento, y sin que sirva de precedente, los espectadores han dado señales, muestras de cariño a nuestro cine. Han hecho como que no eran españolas, y, sorprendentemente, han ido en masa. E insisto, por ejemplo, a Celda (211) que han ido en masa; y a la de la semana que viene, Spanish Movie, van a ir en masa. A la que no van a ir en masa, por desgracia, es a la que se estrena mañana, El baile de la victoria, a pesar de estar seleccionada para los Oscar. Me temo que Fernando Trueba se va a llevar un gran disgusto. Pero bueno, aunque no funcionara, no se puede hablar de un mal año, porque el año, es que mejor, no ha podido ir.
U: Sin embargo, la taquilla ha visto cómo se ha reducido el número de espectadores, no sólo en el cine español, sino, también, en general.A.S.: Claro, pero eso, como tú dices, es general. El fenómeno de las descargas en internet, el fenómeno de ver, de consumir cine en casa, en DVD… Eso viene de atrás, y afecta por igual al cine español y al cine no español.
U:¿Qué películas (españolas o no) consideras que han sido las mejores de este año 2009?
A.S.: Bueno, yo me quedo con dos películas de 2009, que son Gran Torino, de Clint Eastwood, y Revolutionary Road, de Sam Mendes. Llegaron muy al principio, entre enero y febrero, y recuerdo que coincidió con la primera clase que yo di aquí. Con esas dos películas en la mochila vine como el crítico más feliz del mundo, contagié a los alumnos de mi entusiasmo, y yo creo que entré levitando a Atzavares, porque, pocos meses de Febrero, uno viene con dos películas vistas en pantalla grande de tal nivel. Ya quisiera yo que se repitiera algo así, ya quisiera, lo veo muy difícil…
U:¿Qué estrenos consideras que ha habido mejores: europeos, españoles o americanos?
A.S.:Ha sido un buen año en general, ha sido un buen año porque Gran Torino y Revolutionary Road vienen de EEUU, pero bueno… De Europa, en la primera quincena de enero, vendrá el francés François Ozon, con un bebé maravilloso, que es Ricky; y La cinta blanca, de Michael Haneke, de Alemania. Otra cosa es que lleguen a nuestra provincia. No hay derecho a que la distribución del cine de nuestra provincia sea tan penosa, y que François Ozon, y Michael Haneke lleguen o no lleguen. Eso sí que es fuerte. Pero bueno, vamos a confiar en que sí, en que arranque bien el año.
U:Entonces, has dicho que cuando viste las dos películas, entraste como levitando
A.S.:Levité, levité…
U:¿Contagias ese buen humor a tus alumnos?
A.S.: Yo soy muy mal actor, siempre he sido muy mal actor, un pésimo actor, diría yo. Es decir, si yo no me encuentro bien, no puedo transmitir que estoy bien. Entonces, claro que contagio, porque se han dado las circunstancias de que me he encontrado muy bien, y de que tenía motivos para la alegría. Vamos, yo, por la parte que os toca, espero no perder ese buen humor, espero seguir teniendo motivos, y el cuatrimestre que viene, seguir contagiándolo. Ha sido una experiencia muy positiva ver la asistencia a clase tan elevada, una asistencia de unos 80 alumnos en el aula, teniendo en cuenta que ya había pasado la semana santa, y que estáis pensando en exámenes… Para mí era muy gratificante llegar un mes de mayo y ver a 80, pues daba mucha alegría, y yo creo que influyó eso, que contagié ese entusiasmo que, a su vez, los alumnos con su presencia, me contagiaron; y, entonces, pues, se provocó esa cosa bonita, como en el teatro. Por eso, digo al principio que soy mal actor, y se me nota un montón. En el teatro pasa eso, que cuando una función sale bien, el público está contento y se produce esa retroalimentación.
U:También te dedicas a la crítica televisiva, ¿qué puedes comentar sobre este tema?
A.S.: A mí, me apasiona la tele. Entonces, la cabra tira al monte, y me debéis frenar, porque (la verdad es que hay que ser serio) y si estamos en crítica de cine, estamos en crítica de cine. Lo que pasa es que, sí que es verdad, hay unas tangencias entre todo lo audiovisual. La realidad y la ficción, pues están ahí, unidas, y bueno, tampoco es descabellado acudir a una cosa y a otra, va a ser inevitable… Hablaremos, indistintamente, pues, de las dos críticas.
U:Hemos hablado del cine español, del cine en general… ¿Cómo crees que va la televisión, en cuanto a programación, series…?
A.S.: La tele va peor que el cine. A mí me da pena confesarlo, va muy mal. Los teleadictos estamos huérfanos. A mí, ahora me preguntan: “Programas de cabecera, Antonio, programas de cabecera. ¿Qué no te puedes perder? ¿Para qué programa estás contando las horas para verlo?”. Pues, lo siento mucho, no hay. Entonces, ¿a qué he recurrido? A los informativos. Soy un informa-adicto, y me he enganchado al canal 24 horas (cosa que es lamentable, porque eso es malo para la salud mental), y es tremendo, da pena, no poder acostarte sin ver una edición del 24 horas. Uno, dos, o tres. CNN Plus es la información continua, y creo que es un gran pecado. Al principio, la idea era buena, pero no sé si nos está pervirtiendo. Es la perversión del periodismo, y, sobre esto, también podríamos reflexionar en clase con tiempo. Porque vosotros, como futuros periodistas (periodistas ya casi en ejercicio) ¿qué nos da y qué nos quita la información continua? Porque, claro, tirando del hilo, ¿qué es noticia?¿qué es noticiable?¿qué es lo realmente noticiable? No se convierte en un objeto de consumo la información, un objeto de consumo de usar y tirar. ¿Estamos informando o estamos haciendo otra cosa? ¿Estamos entreteniendo? ¿Estamos divirtiendo? ¿Estamos alimentando los bajos fondos? ¿Estamos simplemente metiéndonos en vena la información como el que se mete una serie de humor? Esto son preguntas pertinentes en clase, en mi asignatura y en otras. Yo invitaré a compañeros, bien del área de periodismo y de comunicación audiovisual, que son las áreas más afectadas, a que lo debatan.
U:¿Piensas que esta filosofía afecta, de algún modo, a las series de televisión, que introducen algo que luego nos transmiten?
A.S.: Mira, las mini series, ahora, se basan en la actualidad, en los sucesos, en la serie Fago, por ejemplo (una de las más vistas…) Bueno, y todas las series que están por llegar. Yo creo que eso es muy perjudicial, que la ficción se esté alimentando de las noticias o de las páginas de sucesos de las noticias. Me parece que es la parte perniciosa, estamos, en las noticias, alimentando el morbo del espectador, y eso nunca puede ser bueno.
U:Hace dos años, se publicó un artículo que afirmaba que las series de televisión se encontraban en una especie de “Edad de Oro”, ¿consideras cierta esta afirmación?
A.S.:Sí. Eso es verdad, estamos viviendo la época dorada de las series de televisión. Más en EEUU que aquí, aunque aquí también. Tenemos que pensar que venimos de una prehistoria, y pensamos que anteayer procedemos de Verano Azul; y, luego, de Farmacia de guardia, que son las dos primeras grandes series de la pública y la privada, respectivamente. Y nos encontramos donde nos encontramos, y hemos avanzado muchísimo. Pero las series de verdadera calidad, que son las que proceden del canal HBO estadounidense, aquí no terminan de tener un eco, pues son para espectadores sibaritas. No son mayoritarias, ya que el gusto del público espectador continúa por educar. Está por educar.
U:Entonces, ¿cuáles consideras que son las grandes series que más nos pueden aportar?
A.S.:Pues A dos metros bajo tierra, que es un tratado sobre la condición humana, perfectamente analizable y estudiable; y luego, todas las que tengan que ver con eso. Yo citaría En terapia, de la misma rama, aunque no se ha estrenado aquí en abierto, y eso es un ejemplo de que nos falta educación.
Desde aquí agradecemos a Antonio Sempere por habernos prestado un poquito de su tiempo. Muchas gracias por tu atención.
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